A la hora de comprar cualquier tipo de “artilugio” tecnológico nos surgen las dudas: infinidad de características técnicas, detalles, configuraciones, versiones, procesadores, tipos de pantalla, la vida útil del aparato, cuánto tiempo queda hasta la próxima versión que superará, con creces, las características de los actuales…

Demasiadas dudas que harían temblar a cualquiera y que, en muchos casos, nos animan a dejar la decisión aparcada hasta otro momento.

Pero no te preocupes, precisamente estamos aquí para ayudarte.  Queremos darte, de forma llana, clara y cordial, algunas pistas que podrían resultarte de ayuda si tienes pensado adquirir un smartwatch, pero no sabes muy bien en qué dirección dirigirte.

A lo largo de las últimas semanas te hemos informado sobre cosas a tener en cuenta para elegir smartwatch, cómo puede ayudar a mejorar nuestra salud o cuáles son los sistemas operativos de smartwatch que nos podemos encontrar en el mercado.  Hoy queremos seguir esas consideraciones revisando qué tipo de pantalla debería tener nuestro reloj.

Casi todo reloj inteligente disponible en la actualidad utiliza una pantalla LCD de colores o una pantalla AMOLED, que te permite ver fotos, aplicaciones y otros contenidos en colores más vivos, y tienden a ser más brillantes. La compensación es una menor duración de la batería, aunque los fabricantes de relojes inteligentes están mejorando la eficiencia de los dispositivos.

Las pantallas a color consumen tanta energía que muchos relojes las apagan cuando están dormidas, por lo que ni siquiera puedes ver la hora sin activar el dispositivo. Las pantallas LCD tienden a ser más gruesas que las OLED, por lo que Apple desarrolló su primera pantalla OLED para el Apple Watch de primera generación: para hacerlo lo más delgado posible. Samsung creó el primer reloj inteligente OLED, el Galaxy Gear, en 2013.